
Un
patrón dietético poco saludable y falta de ejercicio físico
implican un mayor riesgo de presentar síndrome metabólico en
personas que estén genéticamente predispuestas a desarrollarlo.
En
el contexto del estudio “Efectos de la dieta mediterránea en la
prevención primaria de la enfermedad cardiovascular”, se decidió
estudiar, por primera vez, los efectos de una dieta mediterránea
complementada con frutos secos o aceite de oliva sobre el síndrome
metabólico. Se observó que aquellos individuos que al inicio del
estudio presentaban síndrome metabólico, entre los que se
adscribieron al grupo de frutos secos, los casos disminuyeron un
13,7%.
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